En una sociedad excedentaria que no propicia los estados y actitudes que la apreciación sensible requiere, reivindicamos la necesidad que tenemos del arte en tanto que seres humanos, particularmente en la época actual, afectados por todo tipo de trastornos (físicos, emocionales, existenciales, sociales) que se manifiestan como síntomas de graves carencias y vacíos.
Ofrecemos una oportunidad excepcional de disfrutar de los beneficios de cultivarse en la apreciación del arte y, además, actuar al modo de aristócratas clásicos y románticos, maestros de té, daimios o mecenas.
Un punto de encuentro entre público y artistas con nuevas oportunidades de confluencia para ambos.
Una propuesta dirigida a las personas capaces de reconocer la dimensión profunda de las manifestaciones artísticas. Individuos dispuestos a permitir que el arte intervenga en su salud como agente sanador y en su vida como ingrediente portador de felicidad. Seres sensibles que albergan una auténtica necesidad vital de vincularse a lo sublime.